En el Despacho del Abogado penalista Antonio Quintero, somos especialistas en derecho penal.
El derecho penal es una rama del derecho que se ocupa de los delitos, graves y leves (anteriormente conocidos como faltas), así como de las sanciones que se aplican a quienes los cometen. En España, el derecho penal está regulado por el Código Penal y por la Ley de Enjuiciamiento Criminal, leyes que establecen las normas y los procedimientos que deben seguirse en caso de comisión de un delito.
En este artículo, desde nuestro Despacho de Abogados penalista, profundizaremos en qué es el derecho penal y cómo funciona en España.
El Código Penal Español
El Código Penal español es la ley que establece los delitos y las penas aplicables en España. Fue aprobado en 1995 y ha sufrido varias reformas desde entonces.
Una de las reformas más importantes se llevó a cabo en 2015. Esta reforma introdujo cambios significativos en la regulación de delitos como el homicidio, el robo, la estafa y los delitos sexuales, entre otros. Por ejemplo, se aumentaron las penas por los delitos de corrupción, se crearon nuevos tipos penales como el acoso laboral y se eliminaron las faltas como figura penal, que pasaron a ser consideradas como delitos leves o infracciones administrativas.
Además, en los últimos años se han llevado a cabo otras reformas para adaptar el Código Penal español a la normativa europea, especialmente en lo que se refiere a la regulación de la responsabilidad penal de las empresas y la lucha contra la violencia de género.
Cabe destacar que la reforma del Código Penal es un proceso continuo y dinámico que se realiza en respuesta a las necesidades y demandas de la sociedad. En este sentido, es importante que la regulación penal esté en constante actualización y adaptación a los cambios sociales y culturales.
Tipos de delitos
El Código Penal español se divide en dos partes: una general y otra especial. La primera regula los principios generales del derecho penal, como la responsabilidad criminal, la prescripción de los delitos o las circunstancias atenuantes o agravantes de las penas. La segunda parte se dedica a los delitos específicos, como el homicidio, el robo, la estafa o el tráfico de drogas, entre otros.
De esta forma, en el derecho penal español, se distinguen dos tipos de delitos: los delitos leves (anteriormente llamadas faltas) y los delitos graves.
Los delitos leves son conductas que, aunque están prohibidas por la ley, no son consideradas graves y se castigan normalmente con multas o trabajos en beneficio de la comunidad.
Por otro lado, los delitos son conductas más graves que se castigan con penas de prisión, multas o ambas.
A continuación, describimos algunos de los delitos más comunes en España:
1. Delitos contra la vida: Este tipo de delitos incluye el homicidio, asesinato, aborto, las lesiones, eutanasia, entre otros. El homicidio es la acción de matar a otra persona, mientras que el asesinato es una forma agravada de homicidio. El aborto se refiere a la interrupción voluntaria del embarazo y la eutanasia a la práctica que acelera la muerte de una persona para evitar sufrimiento.
2. Delitos contra la libertad: Este tipo de delitos incluye las detenciones ilegales, los secuestros, las amenazas, las coacciones, entre otros. Amenazar puede constituir delito, si se realiza sobre un mal que constituya otro delito o no, lo cual podrá resultar la aplicación de un delito grave o leve de amenazas.
3. Delitos contra la Libertad sexual: Este tipo de delitos incluye la agresión sexual, el acoso sexual, el exhibicionismo, la prostitución, entre otros. La agresión sexual consiste en llevar a cabo actos sexuales con una persona sin su consentimiento. El acoso sexual se refiere a la conducta de carácter sexual que se realiza aprovechándose de una situación de relación laboral o análoga con el objetivo de intimidar, humillar o coaccionar a otra persona.
4. Delitos contra el patrimonio: Este tipo de delitos incluye el robo, hurto, estafa, daños, insolvencias punibles, entre otros. El robo es la sustracción de bienes muebles de otra persona sin su consentimiento. El hurto es la sustracción de bienes muebles de otra persona con la intención de apropiárselos de forma permanente. La estafa se produce cuando se engaña a otra persona con la finalidad de obtener un beneficio económico. Los daños se refieren a la acción de destruir o deteriorar los bienes de otra persona. Las insolvencias punibles consiste básicamente en oculte bienes o patrimonio a fin de frustrar los derechos de cobro del acreedor.
5. Delitos contra la salud pública: Este tipo de delitos incluye el tráfico de drogas, distribución de medicamentos sin autorización, elaboración de sustancias nocivas a para la salud, entre otros. El tráfico de drogas es la acción de vender, distribuir o suministrar sustancias estupefacientes.
6. Delitos contra la seguridad vial: Este tipo deditos incluye conducir a una velocidad superior a la establecida, conducir bajo la influencia de drogas tóxicas, estupefacientes o de bebidas alcohólicas, la conducción temeraria o la conducción sin permiso o licencia. La conducción temeraria consiste en manejar un vehículo a motor o un ciclomotor con temeridad manifiesta y poniendo en concreto peligro la vida o la integridad de las personas.
7. Delitos contra la Administración pública: Este tipo de delitos incluye tráfico de influencias, prevaricación, malversación, entre otros. El tráfico de influencias se refiere a la acción de incluir en otro funcionario o autoridad prevaliéndose de cualquier situación personal o jerárquica para obtener un beneficio. La prevaricación se produce cuando un funcionario público dicta una resolución arbitraria en beneficio propio o de terceros. La malversación se refiere a la acción de utilizar de forma ilegal fondos públicos.
8. Delitos informáticos: Este tipo de delitos incluye los ataques a sistemas informáticos, y delitos cometidos a través de medios informáticos o tecnológicos, entre otros. Los ataques a sistemas informáticos se refieren a la acción de alterar o dañar sistemas informáticos. Los delitos informáticos incluyen el robo de datos o información confidencial, el acceso no autorizado a sistemas informáticos, entre otras conductas castigadas.
Las penas
En cuanto a las penas, estas pueden ser de diferente naturaleza y gravedad, dependiendo del delito cometido y de las circunstancias del mismo.
Las penas privativas de libertad, como la prisión, son las más graves y solo se imponen en casos concretos. Otras penas pueden ser multas, trabajos en beneficio de la comunidad, localización permanente, prohibición de acercamiento a determinadas personas o lugares, etc.
Del mismo modo, el Código Penal establece penas específicas para determinados delitos, como las penas de inhabilitación para cargos públicos, las penas de alejamiento y prohibición de comunicación, entre otras.
Además, el Código Penal español establece la posibilidad de aplicar penas en suspenso, lo que significa que la ejecución de la pena se puede suspender si se cumplen determinados requisitos. En estos casos, el infractor deberá cumplir con ciertas obligaciones durante un tiempo determinado.
Es importante destacar que el derecho penal no solo se ocupa de la represión del delito, sino también de la prevención del mismo. Por ello, se establecen medidas de seguridad como la libertad vigilada, el internamiento en centros de reforma, etc., con el fin de garantizar que las personas que han cometido un delito no vuelvan a hacerlo.
El procedimiento penal
El proceso penal en España comienza con la denuncia o la querella, que puede ser presentada por cualquier persona que tenga conocimiento de un delito. A partir de ese momento, se inicia la investigación del delito bajo la batuta de los Juzgados y Tribunales con el posible auxilio de la policía judicial o el Ministerio Fiscal para determinar los hechos y quién es el responsable. Si se considera que hay indicios de delito, se inicia un proceso judicial que puede culminar en un juicio oral y la correspondiente sentencia.
Durante todo el proceso, se garantizan los derechos fundamentales de la persona investigada o acusada, como la presunción de inocencia, el derecho a la defensa o el derecho a un juicio justo.
Durante el juicio, se presentan las pruebas y se escuchan los testimonios de los implicados y los testigos. Una vez concluido el juicio, el juez dicta la sentencia correspondiente. En caso de que la sentencia sea condenatoria, se ejecuta la pena correspondiente.
Es importante señalar que el derecho penal español establece ciertas circunstancias que pueden eximir, agravar o atenuar la responsabilidad de los acusados, como la legítima defensa, la reincidencia, la confesión o la reparación del daño causado, entre otras.
En cuanto a la defensa en el derecho penal, es fundamental contar con un abogado especializado en esta rama del derecho. El abogado tiene la tarea de asesorar y representar al acusado durante todo el proceso penal, asegurándose de que se respeten sus derechos y garantías procesales. Además, el abogado puede ayudar al acusado a presentar pruebas y argumentos que lo exculpen o que atenúen su responsabilidad.
En definitiva, el derecho penal es una rama fundamental del derecho que tiene como objetivo proteger a la sociedad y garantizar que se cumplan las normas establecidas.
En España, el Código Penal establece los delitos y las correspondientes penas y medidas de seguridad, y el proceso penal garantiza los derechos fundamentales de todas las personas implicadas.